Hola a todos,
Hoy viví un almuerzo más prolongado de lo acostumbrado en mi trabajo eb el JK, junto a mi amigo Raul (Chile) y Carlos (Colombia) . No sólo fue la figura de un personaje oscuro de la historia de mi país el tema de la sobremesa del medio día. Nuestros recuerdos (con Raul) se fueron hacia la memoria de nuestra educación bajo un régimen militar, como hijos de una nube oscura que tapó al país por 17 años.
Yo nací en plena dictadura en un pueblo llamado Angol, pueblo que no escapó de las garras del régimen. Viví la dictadura como la viven todos los niños, creyendo que era un juego, pero este juego a veces hacía más daño de lo normal. Quizás para ellos, los gobernantes del terror de esa época, era divertido perseguir, secuestrar, mutilar, torturar y sepultar los valores escenciales de los seres humanos. Yo viví en una casa antigua en calle Colo Colo, dirección hasta la cual llegaban al mismo portón de mi casa los señores de "seguridad e inteligencia del gobierno", persiguiendo a mi madre en las noches de invierno después del trabajo; ese juego me hacía llorar al ver a mi madre llorar de desesperación e impotencia. Mis padres nunca militaron en ningún partido político. Quizás el "error" de ellos fue trabajar por la escaza y muerta cultura que había en esa época. "Chile Crea", "recitales poéticos de la SECH" (Sociedad de Escritores de Chile), "Neruda ochenta años", obras de teatro, eran unos de los movimientos y trabajos que hicieron hombres y mujeres como mis padres a lo largo de mi país con mucho esfuerzo, con astucia y bajo la convicción que la cultura y los valores humanos no podía morir en manos de una oscura dictadura. Don Franciso Coloane autografió el libro "El último grumete de la Baquedano" a un pequeño Gerson de tres años y a sus hermanos Joan Manuel y Jaime Antonio mientras estuvo alojando una semana en mi casa. Don Rubén Sotoconil compartió tertulias interminables en nuestro comedor. Don Roberto Parada dedicó sus poemas a la nana mientra prolongaba su estadía en la pieza de mi hermano. Esa fue mi infancia hogareña en dictadura, que contrasta mucho de la infancia en una escuela cuyo cada lunes se debía canatar el himno de Chile con la segunda parte impuesta por el dictador, segunda parte que nunca canté, ni mis hermanos tampoco; el himno de las Américas, el himno de la ciudad de Angol, el himno del Carabinero, el himno de la Marina, el himno obviamente de la escuela. Con una formación estricta y militar de los cabros chicos, donde el puntero era un arma de temer para mi mente de niño criado en ese ambiente escolar.
Lo que viví en mi infancia sólo es una anécdota y doy gracias de no vivir la suerte de las familias que perdieron a sus padres, hermanos(as) o hijos(as).
Finalmente quiero decirles lo siguiente a algunos de los señores de RN y la UDI que han señalado que la presidenta y el Gobierno han actuado con pequeñez política por no otorgarle funerales de Estado al ex dictador:
La pequeñez política y moral es de ustedes que no son capaces de reconocer que el Sr. Pinochet no es un Presidente de la República elegido soberanamente por el laos, es más, fue él y la junta militar quien rompió la tradición Democrática y Republicana de nuestro país, pasando a llevar el valor fundamental de un estado laico como lo es la democracia. Fue bajo su mandanto, del que ustedes tambipen sacaron partido, que se inventó el cargo de presidente de la República en un plebiscito arreglado, y que además inventó una Constitución a la medida de él y de sus hienas, incluidos ustedes, con leyes de amarre electoral, leyes de amnistía a las atrocidades que cometieron, ley de senadores designados (ya abolida), etc, etc, etc. ¡No sean tan cara de palo señores y tengan un poco de vergüenza!.
Mi respeto en el dolor diario que sienten los familiares de detenidos y desaparecidos.
Sinceramente,
NoSrEg.
Hoy viví un almuerzo más prolongado de lo acostumbrado en mi trabajo eb el JK, junto a mi amigo Raul (Chile) y Carlos (Colombia) . No sólo fue la figura de un personaje oscuro de la historia de mi país el tema de la sobremesa del medio día. Nuestros recuerdos (con Raul) se fueron hacia la memoria de nuestra educación bajo un régimen militar, como hijos de una nube oscura que tapó al país por 17 años.
Yo nací en plena dictadura en un pueblo llamado Angol, pueblo que no escapó de las garras del régimen. Viví la dictadura como la viven todos los niños, creyendo que era un juego, pero este juego a veces hacía más daño de lo normal. Quizás para ellos, los gobernantes del terror de esa época, era divertido perseguir, secuestrar, mutilar, torturar y sepultar los valores escenciales de los seres humanos. Yo viví en una casa antigua en calle Colo Colo, dirección hasta la cual llegaban al mismo portón de mi casa los señores de "seguridad e inteligencia del gobierno", persiguiendo a mi madre en las noches de invierno después del trabajo; ese juego me hacía llorar al ver a mi madre llorar de desesperación e impotencia. Mis padres nunca militaron en ningún partido político. Quizás el "error" de ellos fue trabajar por la escaza y muerta cultura que había en esa época. "Chile Crea", "recitales poéticos de la SECH" (Sociedad de Escritores de Chile), "Neruda ochenta años", obras de teatro, eran unos de los movimientos y trabajos que hicieron hombres y mujeres como mis padres a lo largo de mi país con mucho esfuerzo, con astucia y bajo la convicción que la cultura y los valores humanos no podía morir en manos de una oscura dictadura. Don Franciso Coloane autografió el libro "El último grumete de la Baquedano" a un pequeño Gerson de tres años y a sus hermanos Joan Manuel y Jaime Antonio mientras estuvo alojando una semana en mi casa. Don Rubén Sotoconil compartió tertulias interminables en nuestro comedor. Don Roberto Parada dedicó sus poemas a la nana mientra prolongaba su estadía en la pieza de mi hermano. Esa fue mi infancia hogareña en dictadura, que contrasta mucho de la infancia en una escuela cuyo cada lunes se debía canatar el himno de Chile con la segunda parte impuesta por el dictador, segunda parte que nunca canté, ni mis hermanos tampoco; el himno de las Américas, el himno de la ciudad de Angol, el himno del Carabinero, el himno de la Marina, el himno obviamente de la escuela. Con una formación estricta y militar de los cabros chicos, donde el puntero era un arma de temer para mi mente de niño criado en ese ambiente escolar.
Lo que viví en mi infancia sólo es una anécdota y doy gracias de no vivir la suerte de las familias que perdieron a sus padres, hermanos(as) o hijos(as).
Finalmente quiero decirles lo siguiente a algunos de los señores de RN y la UDI que han señalado que la presidenta y el Gobierno han actuado con pequeñez política por no otorgarle funerales de Estado al ex dictador:
La pequeñez política y moral es de ustedes que no son capaces de reconocer que el Sr. Pinochet no es un Presidente de la República elegido soberanamente por el laos, es más, fue él y la junta militar quien rompió la tradición Democrática y Republicana de nuestro país, pasando a llevar el valor fundamental de un estado laico como lo es la democracia. Fue bajo su mandanto, del que ustedes tambipen sacaron partido, que se inventó el cargo de presidente de la República en un plebiscito arreglado, y que además inventó una Constitución a la medida de él y de sus hienas, incluidos ustedes, con leyes de amarre electoral, leyes de amnistía a las atrocidades que cometieron, ley de senadores designados (ya abolida), etc, etc, etc. ¡No sean tan cara de palo señores y tengan un poco de vergüenza!.
Mi respeto en el dolor diario que sienten los familiares de detenidos y desaparecidos.
Sinceramente,
NoSrEg.